miércoles, 15 de agosto de 2012

La Cara de Dios

Caminamos al cerro y en menos de media hora, nos encontrábamos vagando lentamente por el mirador oscuro y no pavimentado, a medida que los efectos se volvían cada vez más evidentes... Caminamos lo que pareció una eternidad y nos sentamos en la tierra junto a un árbol a observar la infinidad de luces nocturnas de la noche santiaguina. Fue entonces cuando el torbellino comenzó, los efectos visuales se volvieron nítidos, las luces se fundían lentamente con figuras hexagonales hasta alcanzar el cielo para formar un circulo concéntrico con la luna, la visión de un cerro a cientos de kilómetros parecía estar a solo metros de mi, sentía que podía tocar los pequeños edificios que observaba y el suelo respiraba apaciblemente como si durmiera... a mi rededor, la gente comenzó a transformarse, mi mujer desato toda su furia y miedo gritando y mostrando su lado mas agresivo, el primo y la hermana no podían gesticular ninguna palabra y solo reían a carcajadas y soltaban borbotones de frases inconexas, mi gran amigo compañero en los 4 gr, bailaba de felicidad en lo que en mi juguetona mente interpreto como un rito para la luna y entonces... El frio calo rápidamente mis huesos y comenzó a temblar, una sensación de pavor nunca antes sentida se apodero de mí ser y en mi interior comenzó una lucha interna por tomar el control de mis emociones y no liberar a la bestia que habitaba en mí. Anhelaba el calor materno, quería cubrirme con mil sabanas y acurrucarme en posición fetal, aun así mi mente no alcanza a comprender del todo lo que sucedía, y mi única gesticulación posible fue:"esto esta muuuuuuuuy looooocooooo". En mi interior sentía un miedo oscuro, creía que estaba trascendiendo este plano que ya no había vuelta atrás y que dejaría mi cuerpo material, dejando atrás un cascaron vacio que la gente vería como un pobre loco.... Las luces de la ciudad se volvieron lentamente ondas de colores que nublaron mi visión y perdí noción de mi cuerpo material caí hacia tras y quede acostado en el suelo observando las estrellas de la noche despejada, sentía como si me encontrara en la cima del mundo flotando entre el límite de la tierra y el espacio infinito. Los fractales y formas volvieron a danzar ante mis ojos en ese cielo perfecto y entonces dios hizo su aparición, era una lleva mujer con el torso desnudo y el pelo largo, movía sus brazos serenamente, a su rededor las formas geométricas seguían formando un patrón perfecto y bajo ella entre 2 pilares un yin-yang rotaba... creí que era mi fin... ya no había vuelta atrás... mi cuerpo era cosa del pasado y sentí melancolía por mi novia y mi madre en ese otro mundo, del que ya no podía gesticular una sola palabra para describir... pero no fue así, es realmente difuso el recuerdo de como salí de mi trance, pero cuando lo logre, vi al mundo con nuevos ojos, compensamos nuestro retorno a casa y me vi maravillado por cada pequeño detalle del mundo, cada pequeña planta o color era una razón para celebrar mi existencia, había roto el filtro de lo cotidiano y podía mirar nuevamente el mundo con ojos de niños! Cuando llegamos nos sentamos en unos sillones y charlamos durante horas, la complicidad entre los 5 era evidente, como si nos conociéramos de siempre, cada uno con su experiencia, cada uno con su propia lección. Éramos felices...